Articulaciones

¿Qué son las
articulaciones?

Las articulaciones son los puntos donde dos elementos esqueléticos contactan. Cuando el cartílago sufre un desgaste, desemboca en diferentes patologías articulares.  

Uno de cada diez adultos con más de 35 años presenta síntomas de desgaste o daño articular, siendo más frecuentes en rodillas, caderas, espalda y manos. 

La capacidad del organismo de regenerar el cartílago es baja. Por este motivo es muy importante contrarrestar la progresión de enfermedades como la artrosis mediante la nutrición, ya que las últimas investigaciones han demostrado que es posible reducir los dolores y mejorar la movilidad. 

El cartílago, un amortiguador que se desgasta

Factores

Estos son algunos de los factores que pueden contribuir al dolor en las articulaciones y a su desgaste:

  • Exceso de peso.
  • Falta de actividad física.
  • Actividades que supongan una carga extrema de la articulación.
  • Las lesiones y las posiciones incorrectas.
  • Enfermedades metabólicas.
  • Afecciones reumáticas.

Existen sustancias que han demostrado un efecto positivo sobre el metabolismo del cartílago:

  • Sulfato de glucosamina.
  • Sulfato de condroitina.
  • Ácido hialurónico.
  • Hidrolizado de colágeno.

La glucosamina y la condroitina son componentes importantes del tejido cartilaginoso y determinan, entre otras, las propiedades especiales del cartílago bajo carga.

El ácido hialurónico también es esencial, porque contribuye a la elasticidad del cartílago y fomenta sus propiedades de amortiguación de impactos.

Micronutrientes en la
artrosis

En el caso de patologías como la artrosis, es imprescindible apoyar el metabolismo de los huesos aportándoles nutrientes como el calcio (elemento central del tejido óseo).

Pero también son imprescindibles otros micronutrientes y vitaminas que apoyarán el correcto funcionamiento de los huesos y el cartílago, como la vitamina C, la vitamina D, la vitamina K, así como el magnesio, zinc y manganeso, que contribuyen al mantenimiento normal de los huesos.

Los tejidos inflamados, como el cartílago en la artrosis, están sometidos a un elevado nivel de estrés oxidativo. La vitamina C, la vitamina E y la vitamina B2 (riboflavina) así como el zinc, selenio, cobre y manganeso contribuyen a la protección de las células del estrés oxidativo.

Productos relacionados